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lunes, 27 de junio de 2011

Sulfato de Glucosamina

Por: Dr. Héctor E. Solórzano del Río.


Quien dijo que no se regenera el cartílago en la osteoartritis?



La osteoartritis, también conocida como la artritis degenerativa, es la forma más común de artritis y afecta a decenas de millones de personas en el mundo. En los puros EE. UU. afecta a más de 16 millones de Americanos. Desde el punto de vista de la medicina convencional no tiene causa conocida, ni tratamiento efectivo. Se hace más común conforme avanza la edad. La inflamación, aunque está presente hasta cierto grado, no parece ser la principal causa del daño articular.


Así como sucede con la mayoría de las enfermedades degenerativas, todo lo que podemos alguna vez esperar - desde el mismo punto de vista de la medicina convencional - es cubrir o enmascarar los síntomas del dolor con analgésicos. Generalmente, estos fármacos están dentro de la familia de los medicamentos conocidos como antiinflamatorios no esteroides.

La osteoartritis es una de las principales causas de invalidez en la población adulta en algunas partes del mundo y generalmente afecta las articulaciones que soportan el peso, como las rodillas y las caderas, pero también casi siempre afecta las articulaciones de los dedos de las manos, especialmente las articulaciones terminales y la columna vertebral desde el cuello hasta el sacro. Limita severamente la felicidad y la productividad de los individuos afligidos con ella.

La osteoartritis empieza muy sutilmente con rigidez matutina, pero puede llevarnos a una artritis severa, dolor, debilidad e inclusive hasta el reemplazo de las articulaciones por una prótesis, en algunos casos. También hay problemas difíciles con relación a la elección de los medicamentos analgésicos que usamos, porque seguramente con el tiempo, la enfermedad empeorará. Casi todos sabemos que los medicamentos antiinflamatorios no esteroides ayudan temporalmente al dolor, nada más. De hecho, hay estudios que demuestran que el efecto del alivio del dolor es superior en las primeras semanas del tratamiento y luego gradualmente se disipa. Esto lleva frecuentemente a la gente a tratar el uso de otros medicamentos analgésicos y a desperdiciar dinero valorando muchos tipos de medicamentos antiinflamatorios no esteroides y otros fármacos analgésicos. Pero, generalmente cuando un medicamento no ayuda, otros tampoco. Al final de cuentas, todos perderán su efectividad gradualmente.

En realidad los medicamentos antiinflamatorios no esteroides empeoran a la osteoartritis. Realmente aceleran el deterioro del cartílago (Newman NM, Ling RSM, Acetabular bone destruction related to non-steroideal anti-inflammatory drugs on chrondrocyte metabolism in vitro and in vivo, Am J Med 83 (Suppl. 5A): 29-34, 1987). Y no sólo puede el uso de los fármacos empeorar el metabolismo subyacente básico de la osteoartritis, sino que tienen otros efectos adversos. Pueden causar náuseas, ocasionalmente pueden dañar al hígado y hasta pueden producir hemorragia en el tracto gastrointestinal. Más importantemente, pueden causar - según algunos investigadores - el síndrome del intestino permeable, el cual, puede luego llegar a causar sensibilidades alimenticias y químicas, así como la formación de autoanticuerpos y el desarrollo de enfermedades autoinmunes (Rogers Sherry,M.D., Townsend Letter for Doctors & Patients, One of the best kept secrets in Medicine: osteoarthritis is reparable p. 108, April 1996). Las enfermedades autoinmunes son un grupo de enfermedades donde el cuerpo hace anticuerpos para atacar a sus propias células. Algunas de estas enfermedades son: la esclerosis múltiple, el lupus, la tiroiditis y muchos otros padecimientos de "origen desconocido y sin tratamiento efectivo". Así, los peligros de usar medicamentos antiinflamatorios no esteroides son varios; y lo más probable es que el paciente no se ponga mejor, ni con el tiempo. De igual forma, el síndrome del intestino permeable puede perjudicar a la absorción de los nutrientes.

La buena noticia es que existe una substancia efectiva y más segura contra el dolor. Además, no tiene efectos colaterales adversos. Otra ventaja es que este tratamiento natural no empeora a la osteoartritis (no deteriora al cartílago). No hay que pasar por alto que este tratamiento innovador nutricional es más barato. Por otro lado, esta substancia no es un medicamento sino un alimento y por último y tal vez lo más importante de todo es que este tratamiento también invierte realmente a la enfermedad. En otras palabras, ayuda a restaurar la química apropiada y efectivamente reconstruye o cura al cartílago osteoartrítico. Esta substancia se llama sulfato de glucosamina. Es un compuesto que ocurre en forma natural en el cuerpo.

En un estudio, vieron que no sólo mejoraron los pacientes con la artritis sino que no tuvieron efectos colaterales adversos (D'ambrosia ED et al. Glucosamine sulfate: A controlled clinical investigation in arthrosis, Pharmatherapeutica 2: 504-8, 1982). De acuerdo a un estudio publicado en una revista Británica, el sulfato de glucosamina fue tan efectivo como el ibuprofén en el tratamiento de la osteoartritis de la rodilla sin los efectos colaterales adversos. El ensayo clínico fue un estudio randomizado doble ciego en el que se trataron a 200 pacientes hospitalizados y quienes sufrían de osteoartritis activa de la rodilla. Aunque la mejoría fue más rápido con el grupo de ibuprofén, en la segunda semana del tratamiento, ambos grupos tenían mejorías similares. Mientras que ninguno de los pacientes que tomó el sulfato de glucosamina reportó efectos colaterales adversos, el 35 % del grupo que tomó ibuprofén experimentó reacciones adversas, siendo la más frecuente el malestar gastrointestinal (Osteoarthritis Cartilage, United Kingdom, 1994, Vol. 2 No. 1).

En otro estudio, se comparó el efecto del alivio sobre el dolor del sulfato de glucosamina con el ibuprofén durante 8 semanas. Y fue tan bueno como el ibuprofén. Francamente mejor porque después de pocas semanas, el ibuprofén perdió algo de su efectividad mientras que la glucosamina ganó en efectividad. La razón es que también empezó la curación y la mejoría de los cambios degenerativos en el hueso (Vaz AL, Double blind clinical evaluation of the relative efficacy of ibuprofen and glucosamine sulfate in the management of osteoporosis of the knee in outpatients, Curr Med Res Opin 8, 3:145, 1982).

En un gran estudio clínico abierto conducido por 252 médicos en varias localidades, más de 1,200 pacientes tomaron el sulfato de glucosamina por períodos de uno a dos meses. El 95 % completamente experimentó efectos positivos, los cuales persistieron durante hasta 3 meses después (Tapadinhas, MJ, Rivera I.C. and Bignarnini A.A. Oral glucosamine sulfate in the management of arthrosis: report on a multi-centre open investigation in Portugal. Pharmatherapeutica, 3:157-68, 1982).

En pocas palabras, el acercamiento nutricional hacia la osteoartritis, según el Dr. Gaby, tiene éxito en al menos el 75 % de las veces y como ya lo mencioné, no tiene efectos colaterales adversos. La terapia nutricional es tan efectiva como los medicamentos convencionales para el alivio sintomático y es mucho más segura (Gaby Alan, Nutrition and Healing, Vol. 1, No. 2, September 1994) además de las ventajas señaladas arriba.