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viernes, 18 de mayo de 2012

Los antioxidantes nutricionales y el cáncer.


Por el Dr. Héctor E. Solórzano del Río.



Profesor de Farmacología del CUCS de la Universidad de Guadalajara y Presidente de la Sociedad Médica de Investigaciones Enzimáticas, A.C.


Descubrir tratamientos para el cáncer más efectivos y menos invasivos - y al final una cura - sigue siendo una prioridad máxima dentro de la investigación médica actual. Y gracias a varios desarrollos recientes dentro de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de los EE.UU., los investigadores en medicina alternativa y complementaria están experimentando una esperanza renovada en sus propios esfuerzos contra esta mortal enfermedad.

Un importante desarrollo positivo el año pasado fue la elevación ampliamente difundida de la Oficina de Medicinas Alternativas al rango de Centro de los Institutos Nacionales de Salud.

Otro desarrollo también se llevó a cabo casi al mismo tiempo y muy probablemente en el futuro tendrá mayor impacto en la investigación del tratamiento específicamente del cáncer con medicina alternativa. Esta novedad consiste en que el Instituto Nacional del Cáncer de los EE.UU., el cual también es un instituto de los NIH, y cuya postura pública ante la medicina alternativa ha sido - al menos hasta muy recientemente - una de escepticismo cauteloso, estableció su Oficina de Medicinas Alternativas y Complementarias contra el Cáncer (OCCAM) el mes de Octubre pasado.

Uno de los protocolos que se están investigando actualmente, es el uso terapéutico de las enzimas.

Existe un reporte titulado "El alimento, la nutrición y la prevención del cáncer: una perspectiva global" auspiciado por el Instituto Americano de Investigación del Cáncer (AICR) y el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (WCRF). Dentro de este reporte se evalúan los componentes dietéticos individuales. Aquí se considera la posibilidad de que algunos cánceres pueden estar causados por deficiencias nutricionales múltiples, así como los papeles potenciales anticancerosos de los cereales en forma de granos integrales. Lamentablemente, el trigo refinado, por ejemplo, pierde el 83 % de su valor nutricional por el procesamiento.

Las nueve conclusiones específicas de este reporte son:

1.- Entre el 30 % y el 40 % de todos los casos de cáncer son evitables por medio de dietas apropiadas, por la actividad física y el mantenimiento adecuado del peso corporal.

2.- En una base global y a las tasas actuales esto quiere decir que las dietas apropiadas pueden prevenir de 3 a 4 millones de casos de cáncer cada año.

3.- Las dietas que contienen cantidades variadas y substanciales de verduras y frutas prevendrán 20 % o más de todos los cánceres.

4.- Conservar la ingesta de alcohol dentro de los límites recomendados prevendrá hasta el 20 % de los casos de cáncer del tracto digestivo, colon, recto y del seno.

5.- El cáncer del estómago es casi totalmente evitable por la dieta apropiada; los cánceres de colon y del recto son también casi totalmente evitables con una dieta adecuada y al mantener o aumentar la actividad física y al mantener un peso corporal óptimo.

6.- Un objetivo intermedio factible de la prevención dietética del cáncer es la reducción de la incidencia global del 10 % al 20 % dentro de los próximos 10 a 25 años.

7.- La prevención del cáncer por medios asociados y dietéticos y la prevención o dejar de fumar son los acercamientos más efectivos.

8.- La prevención beneficia no sólo a los individuos, sino también a las familias, las comunidades y las economías nacionales.

9.- La prevención es el único acercamiento sensible al cáncer en el mundo en desarrollo; sobre una base poblacional el tratamiento y la paliación del cáncer no son económicamente factibles.

Si la conexión entre la alimentación y la salud fuera mejor conocida, más gente estaría consciente de que ciertos hongos estimulan el sistema inmunológico, que el selenio, un mineral encontrado en los granos, las semillas y el ajo induce la muerte de células cancerosas, que los antioxidantes en la cúrcuma previenen el daño del ADN y bloquean el crecimiento tumoral, que la vitamina C en las frutas cítricas y las fresas elevan la actividad de las células asesinas naturales, que la vitamina E en las verduras y las nueces protege contra defectos genéticos que aumentan el riesgo de cáncer y que el betacaroteno en las zanahorias y las papas puede bloquear la formación de tumores.

En la actualidad existen literalmente cientos de estudios clínicos que demuestran el valor preventivo de muchos nutrimentos contra el cáncer, especialmente los antioxidantes.

Una evaluación con 157 niños con un cáncer recientemente diagnosticado comparado con 632 controles libres de cáncer encontró que las concentraciones de betacaroteno y alfatocoferol fueron en forma invertida significativamente asociadas con el cáncer (Malvy DJM et al., Intl Jour of Vit and Nutr Res 1997;67:267-271).

Hay una asociación consistente entre el riesgo aumentado de cáncer gástrico y una baja ingesta de frutas y verduras. Los niveles séricos bajos de betacaroteno y la vitamina E, pero no los de la vitamina C han sido asociados con la displasia gástrica. La infección por Helicobacter pylori ha sido asociada con concentraciones más bajas de vitamina C en el jugo gástrico (Antioxidant micronutrients and gastric cancer, Correa P et al. Aliment Pharmacol Ther 1998;12(Suppl 1):73-82).

En 3,810 pacientes revisados en un hospital por un período de 2 años, 101 de estos pacientes tenían cánceres de varios órganos. Estos 101 pacientes cancerosos fueron comparados con 100 sujetos de control que coincidieran en edad y sexo de la misma población al evaluar la ingesta de alimentos por 7 días. El estudio mostró que los niveles plasmáticos de vitaminas antioxidantes A, E, C, betacaroteno y la relación cobre-zinc y los niveles de zinc estaban inversa y significativamente asociados con los sujetos de control (Diet, antioxidants and risk of cancer: a case-control study, Singh, Ram B, MD et al. Jour of Nutr and Environ Med 1997;7:267-274).

En un estudio de pacientes con cáncer pulmonar de células no pequeñas, se midieron las concentraciones de todos los antioxidantes que incluyeron alfatocoferol, retinol, luteína, licopeno y betacaroteno. Todas las concentraciones fueron significativamente más bajas que las del grupo control. (Effect of inflammation on measures of antioxidants status in patients with non-small cell lung cancer, Talwar Dinesh et al., Am Jour of Clin Nutr 1997;66:1283-1285).

En otro estudio clínico se evaluaron las concentraciones séricas de vitamina A, betacaroteno y la vitamina E en 58 sujetos con cáncer pulmonar y en 22 sujetos con cáncer del estómago comparados con 63 controles en China, los pacientes con cáncer pulmonar tuvieron niveles séricos medios significativamente más bajos de vitamina A, betacaroteno y vitamina E que los controles (Serum antioxidant vitamins and risk of lung and stomach cancer in Shenyang, China, Kumagai Y et al. Cancer Letters 1998;129:145-149).

La inducción de las enzimas de desintoxicación de la fase 2 provee una poderosa protección contra la carcinogénesis, la mutagénesis y otras formas de toxicidad, electrófilos y formas reactivas de oxígeno. Es de mucho interés que varias plantas comestibles, como el brócoli contienen cantidades substanciales de compuestos que regulan las enzimas de los mamíferos del metabolismo xenobiótico. Esto significa en concreto que pueden proteger contra el cáncer (Broccoli sprouts; an exceptionally rich source of inducers of enzymes that protect against chemical carcinogens. Fabey Jed W et al., Procceedings of the Nat Acad of Sci, Sept 1997;94:10367-10372).

Otro estudio similar publicado en una revista médica de mucho prestigio llegó a las mismas conclusiones (Anticancer agent sprouts up unexpectedly. Raloff J, Science News, Sept 20, 1997;152-183).

Se han publicado numerosos artículos y revisiones acerca del papel de los antioxidantes, la dieta y las modificaciones del estilo de vida sobre la prevención del cáncer. Sin embargo, el papel potencial de estos factores en el manejo del cáncer humano ha sido ampliamente ignorado. Estudios tanto extensos como limitados, in vitro e in vivo han revelado que los antioxidantes individuales tales como la vitamina A, la vitamina E, la vitamina C y los caroteinoides inducen la diferenciación celular y la inhibición del crecimiento en diferentes grados en las células cancerosas humanas por mecanismos complejos. Los mecanismo propuestos para estos efectos incluyen la inhibición de la actividad de la proteína kinasa C, la actividad de la adenilato ciclasa de la prostaglandina E1 estimulada, la expresión de c-myc, H-ras y un factor de transcripción (E2F) y la inducción del factor beta de crecimiento transformante y los genes p21. Además las vitaminas antioxidantes individualmente o en combinación mejoran los efectos inhibidores del crecimiento de la irradiación X, los agentes quimioterapéuticos, la hipertermia y los modificadores de la respuesta biológica sobre las células tumorales. También todos estos antioxidantes reducen la toxicidad de varios agentes terapéuticos antitumorales estándares sobre las células normales (High Doses of multiple antioxidant vitamins: essential ingredients in improving the efficacy of standard cancer therapy, Kedar Prasad, Arun Kumar, Vinod Kochupillari and William Cole., J. Of Am. Coll. Of Nutr. Vol. 18 No. 1, 13-25).

En uno de los muchos estudios que se han realizado en relación con el papel de los antioxidantes en el tratamiento del cáncer, se reportó que las megadosis de estos nutrientes mejoran el bienestar y la calidad de vida de los pacientes cancerosos y pueden mejorar la sobrevida (Unconventional therapies for cancer; vitamins A, C and E., Kaogi Elizabeth, Canad Med Associat Jour, June 2, 1998;158(11)1483-1488).

Otro ejemplo muy ilustrativo es una investigación en la que se utilizó el 5FU para cáncer avanzado colorrectal. Al combinarlo con la vitamina E se indujo la apoptosis de las células cancerosas colorrectales.

Este antioxidante mejoró significativamente la inhibición del crecimiento tumoral colorrectal por la quimioterapia citotóxica in vivo (Antioxidants enhance the cytotoxicity of chemotherapeutic agents in colorectal cancer; a p-53-independent induction of p-21 via C/EBPb. Chinevy, Rebecca et al., Nature Medicine, Nov 1997;3(11)1233-1241).
Hay muchos reportes clínicos que describen la efectividad del uso terapéutico de altas dosis de vitamina C en forma intravenosa en pacientes con cáncer renal, cáncer de los senos y de otras clases. El protocolo está disponible para los médicos interesados (High-dose intravenous vitiamin C in the treatment of a patient with renal cell carcinoma of the kidney. Riodan HD et al., Jour of Orhom Med, 1998;13(2):72-73).