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viernes, 26 de agosto de 2011

Apoyo nutricional contra el SIDA


Por el Dr. Héctor E. Solórzano del Río



Profesor de Farmacología del CUCS de la Universidad de Guadalajara y Presidente de la Sociedad Médica de Investigaciones Enzimáticas, A.C.

 

Como todos sabemos en el SIDA hay un daño en el sistema inmunológico. Pues bien, el sistema inmunológico requiere un constante suministro de nutrimentos para funcionar adecuadamente. Lamentablemente los pacientes con SIDA tienen varios problemas funcionales u orgánicos para que su sistema inmunológico obtenga la nutrición idónea que requiere.


Uno de los obstáculos más frecuentes e importantes, es la infección del tracto gastrointestinal y la degradación muscular promovida por el progreso de la infección. Es mucho más fácil instituir la terapia nutricional al inicio del SIDA que una vez que se ha desarrollado. Está demostrado que más del 29 % de los individuos HIV positivos están deficientes en uno o más de los nutrimentos antioxidantes, incluyendo aquellos que toman complementos nutricionales (J.H. Skurnick et al, “Micronutrient profiles in HIV-1 Infected Heterosexual Adults”, J AIDS Human Retrovirol 12, 1996:75-83). Este perfil sanguíneo nutricional puede contribuir a su vez al progreso del SIDA, porque los antioxidantes previenen la replicación viral, mientras que las reacciones oxidantes tienden a estimular al virus (F.J. Staal et al. “Glutathione deficiency and HIV infection” Lancet 339, 1992:909-912).

De todos los antioxidantes conocidos en la actualidad, que muestra una actividad prometedora en desacelerar el progreso de HIV positividad a SIDA, la vitamina E es la que ha tenido los efectos más consistentes y más grandes (A.M. Tang et al, “Association between serum vitamin A and E levels and HIV-1 disease progresión” AIDS 11, 1997:613-620). En un estudio clínico, los individuos con los niveles más altos de vitamina E en su sangre mostraron un 34 % de disminución en el riesgo del progreso al SIDA comparando con aquellos con los niveles más bajos (Y Wang and R.R. Watson, “Potential therapeutics of Vitamin E in AIDS and HIV” Drugs 48, 1994:327-338).

Con relación a la vitamina C, podemos decir que también se ha demostrado que este antioxidante tiene efectos benéficos contra la replicación del virus del HIV (7) y que una complementación nutricional de unos 3,000 mg puede  aumentar los niveles de glutatión en sujetos sanos así como en los HIV positivos y pacientes con SIDA (C. J. Jonson, C.G. Meyer Srilakshmi. “Vitamin C elevates red blood cell glutathione in healthy adults” Am J Clin Nutr 58, 1993:103-105).

La deficiencia de vitamina A es muy común en los individuos que sufren de SIDA y está claramente asociada con un nivel disminuido de células T auxiliares – una de las características primordiales del SIDA 17. Ya se han realizado varios estudios clínicos donde se ha confirmado que los complementos nutricionales de betacaroteno producen efectos positivos sobre la función inmunológica en ambos en los HIV positivos y en los pacientes con SIDA (D.A. Fryburg et al “The effect of suplemental beta-carotene on immunologic indices in patients with AIDS: A pilot study” Yale J Biol Med 68, 1995:19-23).


Por otro lado, dentro de la medicina nutricional, la complementación con selenio es una necesidad absoluta en el tratamiento de los pacientes HIV positivos y los pacientes con SIDA. La complementación nutricional con selenio aumenta en forma significativa la actividad de una enzima llamada glutatión peroxidasa en los sujetos HIV positivos (M.C. Delmas-Beauvieux et al “The enzimatic antioxidant system in blood and glutathione status in HIV-infected partients: effects of supplementation with selenium or beta-carotene” Am J Clin Nutr 64, 1996:101-107).. Además, varios estudios clínicos han demostrado que el estado del selenio es un determinante mayor de que tan rápido progresará la positividad del HIV a SIDA (C. Allavena et al “Relationship of trace element, immunological markers and HIV-1 infection progresión” Biol Trace Elem Res 47, 1995:133-138).

Dentro de los minerales, el zinc está deficiente en casi todos los pacientes con SIDA. Además se ha confirmado que los complementos nutricionales con zinc reducen la incidencia de las infecciones oportunistas que sufren los que tienen SIDA (E Mochegiani et al. “Benefit of oral zinc supplementation as an adjunct to AZT therapy against oportunistic infections in AIDS” Int J Immunopharmacol 17, 1995:719-727).

Se ha detectado igualmente niveles bajos de vitamina B-6 en los pacientes HIV positivos. La falta de vitamina B-6 se relaciona con una disminución de la función inmunológica (M.K. Bum et al., “Association of vitamin B-6 status with parameters of immune function in early HIV-1 infection” AIDS 4, 1991:122-132).

En otro grupo de nutrimentos, el de lo aminoácidos, hemos visto que los pacientes con SIDA se encuentran frecuentemente bajos, en la células y en la sangre (C. De Simone et al. “Carnitine depletion in peripheral blood mononuclear cells from patients with AIDS: effects of oral levocarnitine”, AIDS 8,1994:655-660).. Se he demostrado que la levocarnitina previene la toxicidad de la AZT en las células musculares41. La AZT daña a la mitocondria del músculo, llevándonos a una producción anormal de energía dentro del músculo, lo cual se manifiesta como dolor y fatiga musculares.

Podríamos pensar que el ácido alfalipóico es el antioxidante ideal porque es soluble en ambos, en el agua y en la grasa, porque trabaja dentro y fuera de las células, porque participa en el ciclo redox (reducción-oxidación) al desbaratarse en Ácido Dehidrolipóico, el cual recarga a otros importantes antioxidantes y elimina varios radicales libres y especies de oxígeno reactivo. Juntos, el equipo es efectivo contra casi todas las especies de radicales libres. Otra característica que tiene el ácido alfalipóico es que también acaba con los radicales libres hidroxilo e hipoclorosos. Inclusive el ácido alfalipóico puede parcialmente reemplazar la necesidad dietética de las  vitaminas E y C.

Algunos investigadores Alemanes estudiaron los efectos de la complementación nutricional con ácido alfalipóico en 12 pacientes HIV positivo. Después de 14 días de estar tomando este complemento alimenticio, se encontraron los siguientes resultados:

Los marcadores de la peroxidación lipídica plasmática disminuyeron en todos los pacientes. Los niveles de glutatión y de ascorbato en el plasma, aumentaron en todos los pacientes y las células T-auxiliares (T-helpers) aumentaron en 6 pacientes.


Por otro lado, se encontró que en células cultivadas, el ácido alfalipóico previno la replicación del VIH y la activación del factor de transcripción NF-kappa B, el cual es regulado por el estrés oxidativo.  Para aquellos que no lo saben, el estrés oxidativo también está involucrado en la inmunosupresión y la promoción e
iniciación de tumores (Buhl R., Jaffe H.A. et al. Glutathione deficiency and HIV. Lancet (1990) 335: 546).

En otros países se han hecho estudios. Investigadores Japoneses también han demostrado los efectos inhibitorios del ácido alfalipóico contra la replicación del HIV confirmando que el ácido alfalipóico y la N-acetilcisteína deprimen en forma significativa la actividad de reproducción del HIV-1 (Legrand-Poels, S. Vaira, D. et al. Activation of Humn Immunodfeficiency Virus Type 1 by oxidative stress. AIDS Res Human Retrovir (1990) 6: 1389-1397).

Un nuevo antioxidante contra el SIDA

 

En los últimos años se ha hablado e investigado mucho sobre el efecto benéfico de los antioxidantes. En la actualidad, sabemos que estas substancias naturales nos ayudan a neutralizar a los radicales libres, los cuales, pueden causar hasta el 90 % de todas las enfermedades degenerativas crónicas que sufre la humanidad en la actualidad.

Los complementos que contienen antioxidantes son útiles para neutralizar a estos radicales lbres y como consecuencia para conservar la salud.

La verdad es que no existe ningún antioxidante sencillo perfecto, aunque el ácido alfalipóico se acerca a ese ideal. Los antioxidantes nutricionales son compañeros que trabajan juntos. Las vitaminas C, A y E son vitaminas esenciales, lo mismo que antioxidantes. Sin embargo, todos trabajan mejor cuando el ácido alfalipóico está presente en niveles en los que puede ser usado como antioxidante, y no meramente enlazado como una coenzima.  Podríamos pensar que el ácido alfalipóico es el antioxidante ideal porque es soluble en ambos, en el agua y en la grasa, porque trabaja dentro y fuera de las células, porque participa en el ciclo redox (reducción-oxidación) al desbaratarse en Acido Dehidrolipóico, el cual recarga a otros importantes antioxidantes y elimina varios radicales libres y especies de oxígeno reactivo. Juntos, el equipo es efectivo contra casi todas las especies de radicales libres. Otra característica que tiene el ácido alfalipóico es que también acaba con los radicales libres hidroxil e hipoclorosos. Inclusive el ácido alfalipóico puede parcialmente reemplazar la necesidad dietética de las vitaminas E y C.

Es muy importante recordar que la mayoría de los antioxidantes, como la vitamina E y la vitamina C poseen moléculas demasiado grandes para pasar a través de la membrana celular y por esta razón solamente ofrecen protección contra los radicales libres en la parte de afuera de las células. En cambio, el ácido alfalipóico tiene una estructura muy pequeña, lo cual, le permite deslizarse a través de las membranas celulares proporcionando una protección antioxidante en ambos lados de la célula, el interno y el externo.

En el SIDA, el HIV destruye a los linfocitos-T, los cuales juegan un papel muy importante en el sistema inmunológico, que es el encargado de protegernos de las enfermedades.

Ahora bien, las deficiencias nutricionales de antioxidantes pueden deprimir al sistema inmunológico a través de diferentes mecanismos. Los radicales libres pueden inactivar a las células blancas (leucocitos), tales como los neutrófilos y los macrófagos y otros agentes protectores enzimáticos, como la tripsina.

Algunos invstigadores Alemanes estudiaron los efectos de la complementación nutricional con ácido alfalipóico en 12 pacientes VIH positivo. Después de 14 días de estar tomando este complemento alimenticio, se encontraron los siguientes resultados:

Los marcadores de la peroxidación lipídica plasmática disminuyeron en todos los pacientes. Los niveles de glutatión y de ascorbato en el plasma, aumentaron en todos los pacientes y las células T-auxiliares (T-helpers) aumentaron en 6 pacientes.

Por otro lado, se encontró que en células cultivadas, el ácido alfalipóico previno la replicación del VIH y la activación del factor de transcripción NF-kappa B, el cual es regulado por el stress oxidativo. Para aquellos que no lo saben, el stress oxidativo también está involucrado en la inmunosupresión y la promoción e iniciación de tumores (Buhl R., Jaffe H.A. et al. Glutathione deficiency and HIV. Lancet (1990) 335: 546).

En otros países se han hecho estudios. Investigadores Japoneses también han demostrado los efectos inhibitorios del ácido alfalipóico contra la replicación del VIH confirmando que el ácido alfalipóico y la N-acetilcisteína deprimen en forma significativa la actividad de reproducción del VIH-1 (Legrand-Poels, S. Vaira, D. et al. Activation of Humn Immunodfeficiency Virus Type 1 by oxidative stress. AIDS Res Human Retrovir (1990) 6: 1389-1397).

Casi todos los investigadores estamos de acuerdo en que el nivel de carga viral de uno puede proveer alguna indicación del estado de salud, ya que el rango de salud varía enormemente entre los individuos que son VIH positivo.

Se sabe que algunos individuos portan el virus durante 10 años antes de que se les desarrolle algún problema serio de salud. En cambio, en otros individuos, los primeros síntomas se presentan en un corto tiempo después de haber adquirido la infección.

Esto nos hace reflexionar en que si el ácido alfalipóico - a través de una complementación - puede reducir la carga viral de uno o al menos retardar su replicación en el cuerpo, el beneficio potencial podría ser, en realidad, enorme (Packer L., Suzuki, "Vitamin E and Alpha-Lipoate: Role in Antioxidant Recycling and Activation of the NF-KB Transcription Factor" Molec Aspects Med. (1993).

Seguramente muchos lectores se preguntarán porqué no habían oído hablar antes del ácido alfalipóico y porqué en los congresos del SIDA no lo mencionan. La razón es muy simple. El ácido alfalipóico es un nutriente. Los nutrientes son substancias que ocurren en forma espontánea en la naturaleza, por lo cual, no son patentables. Al no ser patentable, no es atractivo a los laboratorios farmacéuticos transnacionales.

Aunque el ácido alfalipóico no es una cura para el SIDA, sí puede ser un gran apoyo nutricional para acrecentar el funcionamiento del sistema inmunológico requerido para una mejor y prolongada calidad de vida.