Por el Dr. Héctor E. Solórzano del Río.
Profesor de Farmacología del CUCS de la Universidad de Guadalajara.
La impotencia sexual tratada con terapia nutricional.
La mayoría de la gente sabe que la impotencia sexual se refiere a una
incapacidad del hombre para alcanzar o sostener una erección. Pero
desde el punto de vista médico, hay un término que describe más
claramente esta situación anormal, se le conoce como disfunción
eréctil. Es muy importante no confundir este problema con otros, tales
como eyaculación prematura, pérdida de la líbido, etc.
Se cree que aproximadamente unos 8 millones de varones sufren de esta
disfunción. Muchos investigadores consideran que en la actualidad,
esta disfunción erectil afecta alrededor del 25 % de todos los hombres
mayores de 50 años.
Contrario a lo que muchos pudieran pensar, el envejecimiento no es
una causa de impotencia. A pesar de esto, la disfunción eréctil
aumenta su frecuencia con la edad. Muchos hombres son capaces de
retener su virilidad sexual bien hasta los 80 años.
Este padecimiento puede deberse a factores psicológicos u orgánicos.
Diferentes estudios han demostrado que la mayoría de los casos se
deben a causas orgánicas, es decir que hay una razón en la fisiología
que está fallando. Por otro lado, se ha visto que en los hombres
mayores de 50 años, las causas orgánicas son las responsables de más
del 90 % de todos los casos de esta disfunción masculina.
Hablando estrictamente, podemos decir que el 85 % de los casos se
deben a causas orgánicas, el 10 % son de origen psicológico y el otro 5
% son de origen desconocido.
De las causas orgánicas, la más frecuente es la ateroesclerosis de la
arteria penil en los hombres mayores de 50 años. La ateroesclerosis
es el endurecimiento de las paredes de las arterias.
Existe una gran cantidad de medicamentos que pueden interferir con
nuestra función sexual. Por lo que es recomendable que si una persona
sufre de disfunción eréctil y está tomando alguno o varios
medicamentos, le pregunte a su médico si ellos son los responsables de
su problema. En caso de que así lo fuera, uno puede colaborar con su
médico para tratar de disminuir la dosis y en otros casos, inclusive
dejar de tomar el medicamento. En casi todos los padecimientos, los
pacientes pueden ayudarse por medio de medidas naturales que son
seguras y efectivas.
Hay evidencia de que los medicamentos más comunes que pueden causar
disfunción eréctil, son aquellos fármacos diseñados para bajar la
presión sanguínea (a estos medicamentos se les conoce como
antihipertensivos). Entre estos medicamentos, se encuentran los
antagonistas del calcio, los beta bloqueadores, los diuréticos y los
inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (ECA). Dentro
de los ansiolíticos están el oxazepam y otros. Entre los relajantes
musculares, está la orfenadrina. Entre los antidepresivos, se
encuentran la amitriptilina, la imipramina y otros. Entre los
tranquilizantes, están la promazina, el haloperidol y otros.
El uso del tabaco y el consumo de alcohol a largo plazo, no sólo
contribuyen a la aparición de la ateroesclerosis, sino también a la
generación de la disfunción eréctil. Se sabe que el alcohol puede
producir episodios agudos de impotencia. Por otra parte, se ha visto
que 2 cigarros son suficientes para inhibir la erección penil
producida por la inyección de una dosis baja de papaverina. En una
investigación reciente se descubrió que el 93 % de los hombres
impotentes valorados, fueron o han sido fumadores empedernidos.
Con relación a los problemas hormonales (endócrinos), podemos decir
que existen muchos que pueden ser la causa de una disfunción eréctil.
El más común de ellos es la diabetes. Se sabe que los diabéticos
tienen un riesgo mayor de daño en los nervios así como de
ateroesclerosis, los cuales pueden producir impotencia.
Entre otros
problemas hormonales, se sabe que los niveles altos de prolactina
pueden causar impotencia. El hipotiroidismo puede causar impotencia
porque las hormonas de la glándula tiroidea regulan el metabolismo en
todo nuestro cuerpo. Por lo cual, una deficiencia afectará
virtualmente todas las funciones del organismo.
Por otro lado, tenemos los traumatismos y enfermedades de los órganos
sexuales masculinos. Entre las enfermedades más comunes que causan
disfunción eréctil, se encuentran las enfermedades del pene, como la
enfermedad de Peyronie y las enfermedades de la próstata. En el caso
de la enfermedad de Peyronie, hemos visto que es el útil el uso de la
Centella asiática y de algunas enzimas, particularmente la bromelina.
Si se produce una interrupción en la conexión nerviosa del área del
pene, entonces se causará impotencia sexual. Los nervios se pueden
dañar por lesiones o por cirugías. Las cirugías comunes que podrían
producir impotencia son: extirpación de la vejiga, cirugía rectal por
cáncer y la extirpación de la próstata. Algunas enfermedades del
sistema nervioso también pueden producir dificultades con la erección.
Tal es el caso de la esclerosis múltiple.
En relación al tratamiento médico convencional contra la impotencia,
podemos decir que se utilizan los siguientes métodos: aparatos
constrictivos al vacío, la psicoterapia, prótesis peniles, inyecciones
intracavernosas y medicamentos.
Dentro del acercamiento con medicina natural, hay varias alternativas
y recomendaciones adicionales muy efectivas para el tratamiento de
este problema masculino tan frecuente. En resumen, tenemos el
ejercicio, los grupos de apoyo, soporte nutricional y plantas
medicinales. En palabras sencillas, la potencia depende de los niveles
adecuados de hormonas sexuales masculinas, la estimulación sensorial
conveniente y el suministro sanguíneo correcto hacia los tejidos
eréctiles. Todos estos factores, a su vez, dependen de una adecuada
nutrición.
Desde el primer momento de la aparición del problema de la
impotencia, se recomienda discutir abiertamente con la pareja. Es
necesario que ella sepa la verdadera razón. Hay que tener siempre
presente que la impotencia puede estar causada por una combinación de
problemas y que seguramente cambiando nuestro estilo de vida, mejorará
el problema de la impotencia. Por ejemplo, dejar de fumar, disminuir o
dejar de tomar alcohol, cambiar a una dieta baja en colesterol y
grasas.
En la actualidad, se sabe que es muy importante seguir una dieta rica
en alimentos enteros - especialmente verduras, frutas, granos y
legumbres. Es indispensable también, la ingesta adecuada de proteínas.
Estas proteínas de alta calidad se pueden obtener del pescado, pollo y
pavo.
Existen alimentos específicos que los no-médicos frecuentemente
recomiendan para mejorar la virilidad.
Entre ellos se encuentran el
hígado, ostras, nueces, semillas y legumbres. Se ha visto que todos
estos alimentos son abundantes en zinc. El zinc es un mineral que
muchos consideran como el nutriente más importante para la función
sexual.
Desafortunadamente no hay una vitamina, hierba o producto nutricional
que por sí solo cure la impotencia.
Es necesaria la combinación
adecuada de todos ellos. Además del zinc, otros nutrientes clave para
el funcionamiento sexual son la vitamina A, la colina, la vitamina E,
la vitamina B-6, la metionina y los ácidos grasos esenciales. Estos
ácidos grasos esenciales son indispensables para la producción de
muchas hormonas, incluyendo la testosterona.
Entre los aminoácidos que hemos utilizado como coadyuvante en el
tratamiento de la impotencia, está la l-arginina. La arginina es
necesaria para la producción de ácido nítrico. Al producir relajación
de los vasos sanguíneos, el flujo sanguíneo normal se recupera (NEJM
92;326 (2): 90-4). En un estudio clínico que se realizó en 1991 en el
Programa de Estudios de Medicinas Alternativas de la Universidad de
Guadalajara, notamos que si se ingieren dosis altas de l-arginina con
el estómago vacío y una hora antes de encontrarse con su pareja
íntimamente, los resultados son muy satisfactorios.
Como ya lo mencioné, el ejercicio es muy útil como coadyuvante en el
tratamiento de la impotencia. El ejercicio es un componente vital de
la salud. El ejercicio regular es especialmente importante para
reducir el riesgo de las enfermedades cardíacas. La razón por la que
reduce este riesgo, es porque disminuye los niveles de colesterol,
mejora los suministros de oxígeno y sangre hacia el corazón, reduce la
presión sanguínea, combate la obesidad y ejerce un efecto favorable
sobre la coagulación de la sangre.
En el reino vegetal, contamos con algunas plantas medicinales que
pueden ayudar a este tipo de pacientes.
La razón es que estas plantas,
casi siempre tienen la capacidad de mejorar la transmisión de la
señal nerviosa, mejorar la irrigación sanguínea al tejido eréctil y
mejorar la actividad del sistema glandular masculino.
La FDA (Food and Drug Administration) había aprobado solamente un
medicamento para el tratamiento de la impotencia; la yohimbina, es un
alcaloide aislado de la corteza de un árbol cuyo nombre en latín es
Pausinystalia yohimbe nativo del área tropical del Africa Occidental.
Cuando se usa sola esta corteza de árbol, la efectividad va del 34 %
al 43 %. Debido a sus efectos colaterales, no se debe consumir sino
bajo supervisión médica.
Otra de las mejores plantas que se utilizan para el tratamiento de la
disfunción eréctil es la mara puama (Ptychopetalum olacoides). A esta
planta también se le conoce como leña de la potencia. Este arbusto es
nativo de Brasil y ha sido usado desde hace mucho como un afrodisíaco
poderoso y como un estimulante nervioso en la medicina folclórica de
América Latina. Existen algunos estudios que han podido respaldar su
valor terapéutico en el tratamiento de la impotencia. Por lo que se
considera una planta medicinal segura y efectiva en mejorar la líbido y
la función sexual en algunos pacientes. Uno de estos estudios fue
realizado por el Dr. Jacques Waynberg del Instituto de Sexología, en
París, Francia.
Otro remedio natural del reino vegetal es el Ginkgo Biloba. Se sabe
que en Alemania, este remedio es muy popular. Se dan más de 5 millones
de recetas al año para el extracto de Ginkgo Biloba en este país.
Como ya lo mencioné en otro artículo (Medix No. Año), el Ginkgo Biloba
tiene un efecto extraordinario para mejorar el flujo sanguíneo en
nuestro cuerpo. Por lo cual, es muy útil en el tratamiento de la
disfunción eréctil debida a una deficiencia de flujo sanguíneo. Un
estudio incluyó 60 pacientes con disfunción eréctil comprobada y que
no habían reaccionado a la inyección de papaverina de hasta 50
miligramos. A estos pacientes, se les adminsitró por vía oral, el
extracto de Ginkgo Biloba en una dosis de 60 mg diarios, de 12 a 18
meses. El flujo sanguineo penil fue revalorado por medio de sonografía
duplex cada cuatro semanas.
Los primeros signos de una mejoría en la irrigación sanguinea se
vieron después de 6 a 8 semanas: después de 6 meses de terapia, el 50 %
de los pacientes habían recuperado su potencia sexual. En el 20 %,
una nueva inyección de papaverina resultó existosa. En un 25 % hubo
una mejoría en la irrigación sanguínea, pero la inyección de
papaverina no dió buen resultado. En el 5 % de los pacientes no se
encontró ningún cambio en su irrigación sanguinea. Es muy importante
recalcar que este efecto solamente se obtiene cuando la preparación
que se utiliza contiene por lo menos un 24 % de heterósidos de Ginkgo.
Otro remedio vegetal utilizado para el tratamiento de la impotencia
son las hojas de Damiana (Turnera diffusa). Según Tyler, se usa como
un afrodisíaco porque mejora la capacidad sexual de los débiles y de
los ancianos. Aunque no hay estudios que apoyen esta aseveración, el
uso de la damiana está muy difundido. Se cree que lo que hace la
damiana es irritar a la uretra y de esta manera, estimula la
sensibilidad del pene. Se considera que tomando una taza de té de
damiana al día es suficiente para estimular a la uretra.
Otras plantas útiles son la serenoa repens y la Aletrius farinosa.
Como siempre, lo ideal es que al paciente se le realice un perfil
nutricional y de acuerdo al resultado, se le recomendarán aquellos
nutrientes y/o plantas medicinales que requiera.
R e f e r e n c i a s .
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Enfoque nutricional de la infertilidad masculina.
La infertilidad es un padecimiento triste para la pareja y que muchas veces es más frecuente de lo que pensamos.
En la actualidad sabemos que la producción normal de los
espermatozoides depende tanto de la FSH como de la testosterona. En
los casos donde hay daño a los túbulos seminíferos antes de la
pubertad, los testículos son pequeños y duros, en tanto que luego del
daño pospubertad suelen ser blandos. Se considera que el volumen
normal de la eyaculación debe de ser de 2 ml, con 20 a 100 millones de
espermatozoides por mililitro, de los cuales, es necesario que más
del 60 % sean móviles. La FSH plasmática suele tener una relación
inversa con la espermatogénesis.
Lamentablemente, a través de la historia, la infertilidad ha sido
considerada una enfermedad casi exclusiva de la mujer. Si nos
remontamos al pasado, podremos ver que en los años 50's los libros de
texto de medicina describían a los hombres como infértiles en
solamente un 10 % de los casos. Inclusive, en muchos lugares del
mundo, es todavía aceptable que los hombres dejen a una mujer
infecunda y tomen otra, con la esperanza de que sí sea una mujer fértil.
Algunas personas confunden la infertilidad (incapacidad de concebir
un hijo) con la impotencia (incapacidad de obtener o sostener una
erección) y se sienten incómodos si piden ayuda. Por eso, la
investigación sobre el tratamiento y las causas de la infertilidad
masculina es escasa comparada con la de la infertilidad femenina.
Ahora se sabe, sin embargo, que los hombres son la parte de la pareja
infértil en el 40 % de los casos y contribuyen al problema en otro 20
%.
Cuando un hombre ve al médico por una posible infertilidad, la
investigación típica incluye una historia clínica cuidadosa. Es
importante investigar si durante la adolescencia, se padecieron
enfermedades como las paperas y si se afectaron a los testículos, ya
que eso puede causar infertilidad. No hay que olvidar que las
enfermedades de transmisión sexual pueden producir cicatrices en el
vas deferens del hombre, que es el túbulo que lleva el esperma al pene.
Las toxinas ambientales como los metales pesados o la radiación
contribuyen en algunos casos a este problema. Por otro lado, el uso
prolongado de fármacos como los corticoesteroides, el tabaco o un
consumo exagerado de alcohol puede interferir con la producción del
esperma masculino. El baño frecuente en agua caliente puede inhibir
temporal y parcialmente la producción del esperma. En algunas
ocasiones, hemos visto casos en los que el vas deferens ha sido cortado
inadvertidamente durante una cirugía previa para corregir una hernia.
Además de la historia clínica, en un examen clínico, el médico debe
de revisar los testículos. Si los testículos son más pequeños de 2 cm
de diámetro, o tienen nódulos, o son suaves en forma anormal, puede
haber una posible dificultad en la producción de esperma. Otras de las
enfermedades que pueden afectar al esperma son una vena varicosa en
el cordón espermático llamada varicocele o una inflamación de la
próstata llamada prostatitis, sore todo si es crónica. Las pruebas
sanguíneas pueden ayudarnos a detectar un desarreglo hormonal, lo cual
es raro, pero puede a veces ser la causa del problema. Existe la
posibilidad remota de que un hombre sea alérgico a su propio esperma, de
esta manera, su sistema inmunológico lo atacaría y lo destruiría como
lo hace con un virus o una bacteria.
Según la ecología clínica, una de las causas de la infertilidad
masculina en la actualidad, puede ser una alergia a ciertos alimentos.
Por lo cual, en estos casos, es necesario, buscar los alimentos que
actúan como alergenos y eliminarlos de la dieta.
También es necesario analizar el semen del paciente. El semen se
mide y los espermatozoides se cuentan para revisar la cantidad de
ambos. Además de esto, se deben de revisar la movilidad (la velocidad de
nado de los espermatozoides) y la morfología (la forma de los
espermatozoides). Algunas veces los espermatozoides se pegan en
grupos. A esto se le conoce como aglutinación. Esto hace más difícil
que un espermatozoide individual se desprenda y fertilice a un huevo.
Luego se hacen otras pruebas para ver si el esperma puede penetrar una
membrana, ya que así tendrá que hacerlo para fertilizar a un huevo.
Los tratamientos médicos para la infertilidad masculina se han hecho
sumamente sofisticados ya que el número de personas masculinas
deseosas de tener un hijo buscando tratamiento ha aumentado en forma
importante. En la actualidad, la mayoría de las ciudades de cualquier
tamaño cuentan con clínicas que se especializan en el tratamiento de
la infertilidad masculina. Los tratamientos adecuados que los médicos
podemos usar, dependen de la causa que provoca una producción
disminuida del esperma. Por ejemplo, se sabe que el 39 % de los
hombres infértiles tienen varicocele, el cual puede ser corregido
quirúrgicamente por medio de un procedimiento relativamente sencillo. O,
si el conteo de los espermatozoides o la cantidad eyaculada de semen
es inadecuada, podemos los médicos artificialmente inseminar a la
mujer con el esperma de su pareja para acercarlo al huevo más que lo
que se logra con la eyaculación natural.
Si Ud. es una de estas personas que ha estado tratando de concebir y
está preocupado pensando que puede ser infértil, existen algunas
medidas nutricionales simples que Ud. podría intentar sin riesgo,
aunque claro, siempre será ideal visitar a un médico. El lugar más
obvio para empezar sería restringir el alcohol y el cigarro. Si Ud.
goza sentándose en un baño caliente, las duchas son preferibles si en
realidad Ud. está interesado en intentar concebir a un hijo. Existe
una alta posibilidad de que Ud. pueda estar expuesto a metales
pesados, tales como el mercurio, el plomo, el níquel o el cadmio. En ese
caso, evite la exposición. Y si ya estuvo expuesto en forma
importante, acuda a un médico que esté familiarizado con el análisis
del pelo, el cual es muy útil para detectar niveles anormalmente altos
de estos metales pesados. Además, los tratamientos son muy
específicos dependiendo de la fuente de contaminación de estos metales
y de los niveles y cronicidad de esta intoxicación. Los fumadores
están expuestos al cadmio que contiene el papel del cigarro, y el cadmio
es antagonista del zinc; esto puede entonces provocar una deficiencia
del mismo. La bioquímica nos ha enseñado que el cadmio interfiere con
la absorción y la utilización del zinc. No hay que olvidar que el
cadmio también existe como un veneno industrial o como un
contaminante. Al impedir la absorción y la utilización del zinc, el
cadmio provoca disminución en los niveles de zinc en los testículos y
es cuando se convierte en un factor importante en la infertilidad
masculina.
El zinc es necesario para la formación del esperma activo y las
secreciones de la próstata. También las secreciones vaginales son
altas en el contenido de zinc. En la formación final del esperma
activo, el zinc es firmemente enlazado dentro de la queratina de la
cola del espermatozide. Esta queratina es parecida a la capa de
queratina de la piel, la cual contiene y necesita zinc para una
formación adecuada. El zinc en ambos casos está firmemente unido desde
el punto de vista químico al azufre reducido en forma de grupos
sulfihidrilos. Esta queratina en el espermatozoide tiene importancia
para la movilidad activa.
El contenido normal mineral del esperma es el siguiente: zinc 20 mg
por ciento, cobre 0.05 mg por ciento, sodio 281 mg por ciento (por eso
sabe salado), calcio 25 mg por ciento, potasio 89 mg por ciento,
magnesio 14 mg por ciento y azufre 3 por ciento de la ceniza.
La medicina ortomolecular, descubierta por el premio nóbel, el Dr.
Linus Pauling, nos ha confirmado durante todos estos años que la
deficiencia de zinc está relacionada con niveles disminuidos de
testosterona, bajos conteos de espermatozoides y una movilidad pobre
de los mismos. Varios estudios usando suplementos de zinc en hombres
infértiles han mostrado una mejoría en la producción del esperma. En
el Programa de Estudios de Medicinas Alternativas de la Universidad de
Guadalajara, en un ensayo clínico que realizamos, le administramos a
34 pacientes con un bajo conteo de espermatozoides, entre 20 a 50
millones por mililitro, 50 mg de zinc cada 12 horas durante tres meses.
El resultado fue que más del 85 % de los pacientes mejoraron en su
conteo espermático. Aquellos pacientes que no mejoraron fueron
revisados nutricionalmente y les encontramos otras deficiencias
dietéticas, principalmente de aminoácidos. Dentro de nuestra población
en este estudio clínico, cuando los pacientes tomaron el tratamiento
durante 3 meses y no mejoraron, fue necesario dejar el complemento del
zinc e iniciar una complementación oral con cobre.
La razón está otra vez, dentro de los postulados de la bioquímica
nutricional. Lo que sucede es que el uso a largo plazo del zinc puede
interferir con la absorción y la utilización del cobre y se sospecha
que su deficiencia puede ser un factor de riesgo en las enfermedades
cardiovasculares. Por eso es muy importante no ingerir, sin
supervisión médica más de 150 mg de zinc al día. Se sabe que una dosis
de 300 mg o más puede alterar la función del sistema inmunológico.
Otro de los nutrientes que puede ayudar a mejorar la fertilidad
masculina es la L-arginina. Es un aminoácido.
Una deficiciencia de
este aminoácido puede causarnos una movilidad y un conteo de
espermatozoides disminuidos. No se sabe si la administración oral de
complementos de la L-arginina es útil cuando no hay deficiencia. A los
cinco pacientes que no respondieron al tratamiento con el zinc, les
encontramos una deficiencia de L-arginina. La dosis promedio diaria
que prescribimos va de 2 a 4 gramos. Les administramos la L-arginina
durante 6 semanas y en todos los pacientes encontramos lecturas
normales, tanto de movilidad como de conteo de espermatozoides. En
otro estudio, se demostró una mejoría importante en los pacientes
masculinos que no habían sido ayudados por otros tratamientos. En caso
de que el paciente sufra de problemas renales o hepáticos, es
indispensable que la arginina se tome solamente bajo la supervisión de
un médico. En algunos casos se ha notado que empeoran los pacientes
que sufren de herpes genital. Si ese es el caso, el médico conocedor
de la bioquímica nutricional sabe que la L-lisina (otro aminoácido)
puede ser útil en el tratamiento del herpes, tanto genital como labial
o zoster.
La vitamina C, en forma de ascorbato de calcio, en dosis altas,
también ha sido usada con éxito para prevenir la aglutinación de los
espermatozoides y mejorar la calidad de los mismos. Debido a que la
vitamina C actúa como un antioxidante, puede prevenir el daño en los
espermatozoides dentro del cuerpo. Nuestros estudios clínicos han
demostrado buenos resultados usando dosis altas de esta vitamina, pero
siempre en forma de ascorbato de calcio o magnesio oral.
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